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domingo, 21 de febrero de 2021

Un volcán peligroso: Mont Pelée

 

Este que veis abajo, es el volcán Mont Pelée, en la isla de Martinica, en las Antillas Menores.

En agosto de 1851, la población de St. Pierre (ubicada en la misma isla) se encontraba durmiendo tranquilamente. Sobre las 11 de la noche, se oyó una especie de trueno muy largo que desveló a los vecinos.


En los siguientes días, el comité científico se reunió para investigar lo sucedido y determinó que no había peligro, ya que el volcán no era capaz de arrojar lava. No se concedió más importancia al suceso, y se promovió la visita de turistas al lugar, así como de los habitantes.


Ya en 1899, 48 años más tarde, la montaña comenzó a dar muestras de actividad, y en 1900, un cráter adyacente al volcán vio cómo aumentaba el tamaño de sus fumarolas sulfurosas. Estas fueron prácticamente las últimas advertencias para la ciudad de Saint Pierre.


El 23 de abril de 1902, alrededor de 50 años más tarde desde los primeros eventos, el volcán lanzó una lluvia de cenizas y hubo fuertes movimientos de tierra. Dos días más tarde, salió disparada una montaña de rocas y ceniza que no produjo daños materiales ni humanos. El 30 de abril se desbordaron los ríos Roxelane y Rivière des Pères, y se llevaron por delante rocas y árboles. El 3 de mayo, se produjo una invasión de animales salvajes que huían de la catástrofe que estaba a punto de llegar. Entre los animales que había, estaban unas víboras muy venenosas que tuvieron que ser exterminadas a tiros.


El 5 de mayo amaneció con mucha tranquilidad, pero a la 1 de la tarde el mar retrocedió de repente 100 metros y después se lanzó sobre la ciudad; a esto le acompañó una avalancha de lodo y agua hirviente. El mismo día, la instalación eléctrica de la ciudad se vino abajo y los habitantes se quedaron en la oscuridad total.


Los periódicos locales aseguraban que St. Pierre era un lugar seguro para refugiarse, por lo que la mayoría de la población optó por quedarse en la ciudad. Una vez llegada la tarde,  la montaña se calmó y todo pareció terminar.


En la mañana del 8 de mayo empezó la erupción principal. La mitad de la montaña se desprendió y salió una enorme columna de humo en forma de hongo que oscureció el cielo en un radio de 80 km. El polvo, los gases volcánicos y el vapor calentado a más de 1000 grados cayeron por la ladera y envolvieron St. Pierre en menos de un minuto.


Tal y como relató un testigo:  "Fue como presenciar la explosión de una refinería de petróleo gigante. Hacia nosotros vino una gigantesca pared de fuego, y su sonido parecía el disparo de mil cañones. La ola de fuego nos cubrió como si fueran relámpagos estallando sobre nosotros. Era un huracán de fuego".




Más de 30.000 personas murieron durante la catástrofe, y bastantes supervivientes fallecieron después como consecuencia de las graves quemaduras.


Mont Pelée hizo tomar conciencia a las sociedades de lo que significa vivir en la proximidad de un volcán activo, y más aún de que los estratovolcanes como Mont Pelée son montañas de fuego capaces de arrasar completamente una gran ciudad.

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