Queridos lectores y lectoras, han sido muchos los acontecimientos que han tenido lugar entre la última entrada que publiqué en octubre de 2019 y el día en que me encuentro escribiendo esto, 18 de agosto de 2020.
Os haré una breve narración de mis aventuras y os propondré planes y lugares interesantes para conocer e investigar, como me gusta hacer siempre.
¡¡Gracias por vuestra lectura!!
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Tras el viaje a la montaña en aquel octubre, retomé mi vida profesional en un supermercado de la capital de España. La experiencia en estos 10 meses ha sido a la vez suculenta y complicada a la vez.
Para mí, comenzar la labor de cajero y reponedor (tener que medir los tiempos, tener contento al cliente) ha resultado ser una buena experiencia, conociendo el funcionamiento de un súper, y, sobre todo, tratando a todo tipo de público. Por otra lado, también, he tenido situaciones tensas en las que las mentes más diversas y a veces perversas tratan de manipularte o de dejar claro que ellos han venido a hacer algo más que pasar a pagar. Tampoco quiero entretenerme más en esto, hay mucha gente que pasa las mismas experiencias, pero si abriré un día una entrada con algunos de los encuentros más locos que he tenido en este puesto.
Ya en 2020, a mediados de marzo, apareció el Covid -19. Yo soy uno de los tantos muchachos que, en los más duro de la pandemia, estuvo dándolo todo para que todas las personas (mayores que viven solos, familias enfermitas o personas que están pasándolo mal) tuvieran todos los alimentos necesarios y pudieran al menos tener la tranquilidad de tener lo necesario dentro de casa. 🥥🧀🥘🥗
Ha habido una vida antes y otra después de que el virus se extendiera por todo el mundo. En el día de escribir miro hacia atrás y pienso en que los que seguimos vivos somos muy afortunados de seguir estándolo. En el súper, por ejemplo, las cosas avanzaron tan rápido que parecía un tsunami que venía a buscarnos a todos.
Ya en casa, me acuerdo que pude pasar (yo estuve todo el tiempo solo en un piso) unos 3 meses solo. No lo recuerdo exactamente, pero es posible que más o menos fuera este tiempo. Por cerrar el capítulo del súper, diré que a pesar de la dificultad de tener que salir de casa todos los días para ir al trabajo sin saber muy bien a qué bicho me enfrentaba, poco a poco fui cogiendo fuerzas y me enfrenté a toda esta situación con éxito. Los aplausos diarios y las canciones (que a veces eran pesadas) proporcionaban una forma de reconocimiento al trabajo y me daban más energía para continuar.💪
Más o menos a finales de mayo, si no recuerdo mal, fue posible empezar a moverse un poquito y salir a hacer algo de deporte, pero eso sí, con todas las restricciones y yendo sin acompañamiento... ya que en mi caso no tenía a nadie en casa. 🤭
Las salidas, excursiones, eventos...etc que tanto me gustaban se suspendieron, como es obvio, y me tuve que dedicar a hacer otro tipo de cosas, como leer o resolver juegos de lógica o misterios. Mi mayor deseo era ver a mi familia, que se encuentra en provincia de Cuenca, pero no podía verlos por el cierre entre comunidades. Quizá mi confinamiento fue algo aún más raro por el hecho de sólo salir a trabajar: mucha gente hacía teletrabajo y yo me movía por la ciudad como si fuera un fantasma.... 👻
Ya en el mes de julio, las cosas se calmaron bastante, y me fue posible volver a casa con mi familia, y también pude reunirme con mis amigos con mucha tranquilidad. 🏡
Es posible que dentro de muchos años contemos estas historias a generaciones jóvenes y podemos sorprenderlos y hacerles más conocedores del pasado y de la historia, sobre todo cuando viene de gente que ha vivido y visto todos los eventos en primera persona. 🤶
Ya en el día de hoy, me parece interesante comentar que sigo peleando para ayudar a la gente y espero también que todos nos ayudemos y nos queramos en estas situaciones tan complicadas.
Para terminar adjunto una foto con amigos en mi viaje a Vigo, el cual fue muy interesante y pude aprender mucho. En esa línea quiero seguir, viajando y compartiendo experiencias.
Un saludo lectores. :D
